Se trata de una técnica abrasiva de suavizado, modelado y limpieza de una superficie áspera y dura. El resultado se consigue mediante la presurización de las partículas sólidas a gran velocidad sobre el material.
Cualquier material duro puede ser sometido a este procedimiento, pero existe una excepción, y paradójicamente es el diamante. Los usos más frecuentes suelen ser en piedra y metal,aunque en este último se utiliza básicamente como una técnica de limpieza para eliminar el óxido y suavizar los bordes ásperos. En el caso del ladrillo o la madera, este tratamiento se utiliza para eliminar pintura vieja o manchas de aceite o suciedad. Existen dos casos, el plástico y el vídrio, en lo que esta técnica tiene un fin decorativo, pero se debe ser cuidadoso porque son materiales menos resistentes y muy maleables.